con EM
Paciente ficticio con fines ilustrativos.
Sentirse bien no depende solo del curso de la EM sino también del estilo de vida de cada paciente. La clave está en conocer lo que le conviene o le perjudica, responsabilizarse de su salud y autocuidado y apostar por hábitos saludables.
Para adquirir un estilo de vida saludable, el primer paso es desechar los hábitos nocivos:
Fumar es uno de los factores de riesgo modificables que influyen en la aparición y/o en la progresión de la EM1. La investigación ha demostrado varias evidencias en torno a la relación entre tabaco y EM:
Los fumadores y las personas con exposición pasiva al humo tienen un mayor riesgo de padecer EM y/o de desarrollar la forma progresiva de la enfermedad.
Los fumadores progresan a EM secundaria progresiva a un ritmo más rápido que no fumadores y tienen un mayor riesgo de aumentar la discapacidad.
Los fumadores pueden desarrollar anticuerpos que restan efectividad a las terapias modificadoras de la enfermedad.
Dejar de fumar tiene un efecto protector al retrasar la transición a EM secundaria progresiva.
Los beneficios de abandonar este hábito son especialmente notorios para las personas con esclerosis múltiple. Esta decisión puede tener efectos sobre los síntomas de la EM y la actividad de la enfermedad (incluyendo la fuerza motora y la cognición), el número de recaídas, las lesiones detectadas con resonancia magnética y el nivel de discapacidad.
Además, al dejar el tabaquismo se incrementa la probabilidad de que la terapia modificadora de la enfermedad sea más efectiva. Y, por supuesto, cualquier persona que deje de fumar reducirá el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, infecciones pulmonares, hepatopatía o cáncer.
Dejar de fumar es posible. Consultar con el neurólogo y utilizar los recursos habilitados por el Ministerio de Sanidad puede ser útil para completar con éxito este proceso.
El alcohol es una sustancia psicoactiva, depresora del sistema nervioso central, que ralentiza la actividad cerebral y puede interferir con algunos de los medicamentos utilizados para controlar los síntomas de la EM. Además, la ingesta de alcohol puede provocar hormigueo, pérdida de sensibilidad, entumecimiento, temblor, problemas de coordinación o de equilibrio en las personas con esclerosis múltiple.
Además de provocar esos efectos concretos en los pacientes con EM, el alcohol tiene la capacidad general de alterar el estado de ánimo y la conducta, ralentizar la velocidad de pensamiento e incrementar la tensión y la frecuencia cardiaca.
Por el contrario, reducir el consumo de alcohol genera beneficios inmediatos: mejora el estado de ánimo, atenúa la fatiga, mejora el descanso, disminuye las calorías ingeridas (el alcohol es altamente calórico), protege la salud cardiovascular…
el descanso, disminuye las calorías ingeridas (el alcohol es altamente calórico), protege la salud cardiovascular…
Un reciente estudio de la revista Nature2 recoge evidencias sobre las consecuencias del sedentarismo para las personas con esclerosis múltiple: “niveles más altos de discapacidad, velocidad de marcha más lenta y menor resistencia3, condiciones comórbidas como hipertensión4 y complicaciones secundarias que incluyen espasmos, dolor y reducción de la integridad de la piel, que pueden agravar los síntomas primarios de la EM5.”
Por lo tanto, tener una vida activa que incluya la práctica de ejercicio moderado, las relaciones sociales y actividades de ocio favorecerá la salud y el bienestar de los pacientes con EM.
para vivir mejor con EM
FUENTE: National MS Society. Viviendo bien con Esclerosis Múltiple.
Disponible en: https://www.nationalmssociety.org/Living-Well-With-MS [última consulta: febrero 2022)
1 Multiple Sclerosis and Smoking. MSNational Society. https://nmsscdn.azureedge.net/NationalMSSociety/media/MSNationalFiles/Research/Stroup_T_Smoking_and_MS_20151110.pdf
2 Fortune, J., Norris, M., Stennett, A. et al. Patterns and correlates of sedentary behaviour among people with multiple sclerosis: a cross-sectional study. Sci Rep 11, 20346 (2021). https://doi.org/10.1038/s41598-021-99631-z
3 Hubbard, E. A. & Motl, R. W. Sedentary behavior is associated with disability status and walking performance, but not cognitive function, in multiple sclerosis. Appl. Physiol. Nutr. Metab. 40, 203–206. https://doi.org/10.1139/apnm-2014-0271 (2015).
4 Hubbard, E. A., Motl, R. W. & Fernhall, B. Sedentary behavior and blood pressure in patients with multiple sclerosis. Int. J. MS Care 20, 1–8. https://doi.org/10.7224/1537-2073.2016-021 (2018).
5 Freeman, J. A. et al. Standing up in multiple sclerosis (SUMS): Protocol for a multi-centre randomised controlled trial evaluating the clinical and cost effectiveness of a home- based self-management standing frame programme in people with progressive multiple sclerosis. BMC Neurol. 16, 62. https://doi.org/10.1186/s12883-016-0581-8 (2016).